ProInternet es un nuevo proyecto del programa Leonardo da Vinci de la Comisión Europea con el objetivo de crear una red de actores en el campo de los oficios y los programas de formación de Internet. Las dificultades, en efecto, son muchas: el reclutamiento, la cualificación, la percepción del mercado laboral, la adecuación de una educación tradicional frente a formas completamente nuevas de pensamiento de la tecnología y de transmisión del saber… Serán miembros de esta red todos los actores clave en el ámbito de las tecnologías del conocimiento:
* los responsables económicos en el campo de las empresas más innovadorasix, desde las multinacionales hasta las PYMES que quieren actuar en materia de formación y de adecuación a ésta a las necesidades de las empresas y de las start-ups.
* los actores de la formación que intentan cambiar el marco de la educación y crear nuevas instituciones y lugares de formaciónx.
* los responsables regionales y los políticos de las colectividades locales que están en primer plano - estos están destinados a desempeñar un papel primordial como consecuencia de las nuevas relaciones entre territorios y conocimientos -.
* los expertos en prospectiva que ocupen un lugar relevante en las tentativas de co-construcción de escenarios del futuro en el campo de la economía del conocimiento.
La naturaleza de las relaciones entre estos actores de nuestra red de los oficios de Internet será múltiple, con sinergias esperadas en toda Europa, pero también – con el apoyo de la Comisión Europea – a un nivel claramente internacional, con contribuciones muy esenciales a las políticas de desarrollo. La cooperación continua es facilitada por el comité científico constituyente que es un instrumento clave de la diseminación de los análisis y de los trabajos de los socios del proyecto.
Los responsables del proyecto y de esta diseminación están convencidos de la importancia del impacto sobre la creación de nuevos empleos, de los cuales no se puede, todavía, más que entrever el perfil.
Por todo ello, el trabajo de información y de comunicación será considerable: las relaciones y cooperaciones con las instituciones internacionales son ya primordiales para el desarrollo de ProInternet. La estrategia en la materia fue construida y presentada durante el seminario en la Unesco el 11 de marzo y en la reunión del Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos francés el 11 de junio de 2010, por ejemplo, y junto a los representantes de la OCDE, el Comité de las regiones o con la Comisión Europea.
Las próximas manifestaciones seguirán esta vía con la presentación del proyecto y de la red en el Parlamento Europeo de Bruselas el 30 de septiembre (después de la que tuvo lugar en el Parlamento en Estrasburgo el 8 de julio de 2010).
La centena de interlocutores que han seguido las primeras actividades del proyecto y la creación de la red subrayan ya la necesaria ambición de nuestra propuesta a todos los actores implicados y a todos los que quieren unirse a nosotros.
Notas:
i Project Type: Thematic Networks Project – Programme: LLP - - Leonardo Da Vinci – Agreement Nº
2009-2204/001-001.
ii El programa Leonardo Da Vinci es uno de los programas sectoriales del programa Educación y formación “a lo largo de toda la vida”. Es concebido como una herramienta encargada de lanzar un impulso a los sistemas de formación y educación profesionales en Europa. Permite la movilidad de las personas que quieran gozar de una experiencia profesional en Europa. Facilita los intercambios de buenas prácticas entre responsables de formación y constituye también una posibilidad de crear nuevos instrumentos y metodologías de formación a escala europea.
iii La economía de “relaciones” que se desarrolla hoy está basada ampliamente sobre las redes de competencia capaces de cambiar las costumbres tradicionales, sobretodo en el campo de la transmisión de los saberes: se crea la necesidad de una metodología basada sobre una visibilidad internacional de todos los actores de sectores diversos y una actitud científica rigurosa.
iv Se deben tener en cuenta las necesidades actuales y la evolución de muchos empleos que emergen hoy en día. El proyecto será el fruto de un ir y venir entre un presente pragmático y una verdadera proyección sobre el futuro.
v Los objetivos fijados no pueden ser objeto de consenso pero reflejan la diversidad y la oposición de los horizontes culturales encargados del proyecto. Esto explica que sólo las grandes instituciones puedan ayudar a crear una visión común.
vi El reclutamiento ha comenzado a cambiar, pero, sobre todo en algunos países, no se ha integrado todo el cambio necesario a las necesidades de las empresas que han evolucionado los perfiles de los nuevos empleos. Las redes sociales reflejan muy bien a la vez este cambio y las dificultades de la formulación de los nuevos empleos.
vii Los cambios del pensamiento de la tecnología necesitan tomar distancia a escala de la percepción de las mutaciones y de la integración de la vida social y cultural. Se debe, aquí, pensar en la historia de los 10.000 años de la relación con la tecnología.
viii El proyecto PIN se inserta en un análisis de la economía del conocimiento sin la cual sería vano hablar de nuevos oficios y, lo que todavía es peor, de certificaciones. La mayor parte de las tentativas en este campo sólo son hoy en día tentativas de apropiación de un cierto mercado.
ix Es imposible clasificar a las empresas en la materia según un criterio de su tamaño. En este caso se trata de una categorización arcáica. Las grandes empresas, en efecto, pueden tener actitudes muy diferentes entre ellas y a veces, al contrario, idénticas a las de las PYMES.
x La creación de centros del conocimiento, como los de Extremadura, o los Living Labs dedicados a esas cuestiones muestran el camino en dirección del desarrollo de nuevos centros de aprendizaje y de experimentación en la materia. Donde la cartografía de los conocimientos es así la herramienta indispensable para poder conseguir un desarrollo económico.
xi Quince años de historia de ciudades digitales, de territorios y de barrios del conocimiento indican, efectivamente, lo que debe ser nuestro objetivo en este proyecto Leonardo Da Vinci y sobre todo, es importante dar la palabra a los actores territoriales en el corazón de nuestra red “oficios y formación de internet”.
xii Uno de los principales objetivos de la diseminación del proyecto será crear los ecosistemas de prospectiva en los cuales los oficios de internet serán observados en interacción con todos los vectores de la vida económica y social como lo estamos intentando hacer en Luxemburgo en estrecha relación con múltiples instituciones Luxemburguesas.
xiii Un proyecto europeo normalmente está destinado a quedarse en el marco de la Unión Europea pero con este proyecto nuestros interlocutores de la Comisión han señalado su propensión a insertarse en dispositivos de ayuda al desarrollo: numerosos contactos han sido establecidos en este sentido sobretodo en África, América Latina y Asia.
xiv Los proyectos europeos de hoy y de mañana deben ser más concretos y aportar verdaderas plusvalías para la nueva economía que se está construyendo y que observamos. Nuestros interlocutores más jóvenes, así como, los jóvenes diputados y parlamentarios esperan con viva atención un verdadero acompañamiento por los socios del proyecto a través de dispositivos de diseño de los nuevos perfiles y la formulación de nuestras recomendaciones.
xv Uno de los retos evocados durante el debate en el Parlamento Europeo el 8 de julio es evitar la multiplicación de observatorios y de plataformas en el campo de la transmisión de conocimientos, tanto o más cuando Europa ha sucumbido en esta tentación. Es pues, absolutamente indispensable evitar tal dispersión de energías: nuestra red deberá estar atenta a incluir el mayor número posible de iniciativas tales como la de “Erasmus de los aprendices”. Habría que hacer lo mismo respecto a las iniciativas de la OCDE en materia de gestión de competencias o, incluso, con las de algunos Ministerios. Las redes de institutos culturales están destinadas a unirse a la constitución de esta red en la medida en que se crea una nueva diplomacia de los saberes y en donde el territorio construye su estrategia de atractividad sobre las ofertas de competencias.
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